Como mamá siempre me he sentido orgullosa de mi hija y me maravillo de cada cambio y cada logro, pero el verla crecer como persona es aún más hermoso. El fin de semana habíamos planeado que a todos nos despuntaran el cabello, pero ella tenía otros planes, un día antes me había dicho que quería cortárselo muy chiquito y donarlo. Así que el domingo le hicieron una coleta y la cortaron dejándola lista para enviarla a la Fundación Extensiones de amor, para que algún niño con cáncer pueda recibirla y ayudar un poco a que se sienta mejor. Como no sentirse orgullosa de que a sus casi once años tenga gestos tan humanos y meditados.
Pero como una imagen vale más que mil palabras, he aquí las fotos de todo el cambio. Aún no me acostumbro a verla así, pero el verla feliz de su corte y de la decisión que tomo me hace que el cambio sea más agradable.
Si alguien tiene oportunidad de ayudar a alguna fundación contra el cáncer, ayuden por favor, es nuestro enemigo común ya que de cerca o lejos a todos nos ha tocado, robando no solo la salud sino la felicidad de muchas familias.
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