En el verano descubrimos que no siempre hay algo interesante que ver en la tele, así que en vez de poner una película, poníamos una temporada de Gilmore Girls. Hoy terminamos de ver el último episodio y fué casi tan triste como perder mi serie favorita la primera vez. Pero con una ventaja, cuando la vi por primera vez mi pinketa hija era muy peque (nació en el 2000) e inconscientemente al ver la relación que tenían las protagonistas, más de amigas que de madre e hija, soñaba con que fuéramos un poquito así. Hoy Pinky tiene 10 años y parece que mi deseo va cumpliéndose poco a poco. Me cuentas sus cosas, hablamos de los mismos temas, tenemos gustos similares en música... hablamos nuestro propio idioma a nuestro propio ritmo. Lo mejor es que ahora el deseo de esta relación no es solo mio y las dos hacemos lo propio para que esto suceda.
Me pone de buenas que tengo a Rory en casa. Pinky es muy buena estudiante, le encanta leer y cargar varios libros a todos lados, ver peliculas viejitas y siempre está involucrada en actividades escolares y de la comunidad... triste que la serie se terminara, pero el mejor de los episodios no supera la realidad. Mi Rory, Pinky es hermosa por dentro y por fuera y no la tendré solo 7 temporadas, la disfrutaré toda la vida.
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